Cómo leer 3 veces más rápido en 20 minutos (técnicas de Tim Ferriss)

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Es muy común escuchar que “debemos aprender de manera continua”. Coincido que dicha frase es cierta. Sin embargo, la cantidad de información disponible puede ser abrumadora. Esto aumenta cada vez más dado que la información existente se duplica cada año.
Una habilidad muy importante es la capacidad de lectura rápida. En esta nota quiero presentarte el método que me ayudó a aprender a leer 3 veces más rápido. Este método es el que usa Tim Ferris, autor del libro La semana laboral de 4 horas. Dicho método fue enseñado a los alumnos de la Universidad de Princeton en 1998 en lo que se llamó el proyecto PX. Aprenderlo solamente toma 20 minutos aproximadamente.
La velocidad de lectura promedio es de 200 a 300 palabras por minuto (de media página a una página por minuto). Con este método la velocidad de lectura aumenta a más de 1000 palabras por minuto, y en algunos casos llegó a superar las 3000 palabras por minuto. Se basa en el hecho de que nuestra velocidad de lectura actual resulta poco productiva debido a diferentes ineficiencias en el proceso que de eliminarse aumentan considerablemente la velocidad en la que leemos.
Para realizar este ejercicio vas a necesitar un libro de aproximadamente 200 páginas, una lapicera y un cronómetro. Te recomiendo que elijas un libro que pueda permanecer abierto sin necesidad de sostenerlo y donde puedas leer claramente tanto las páginas pares como las impares. 

Antes de pasar a las técnicas quiero presentarte las observaciones en las cuales se basan dichas técnicas:
  1. Al leer no movemos la vista en una línea continua. Lo hacemos en una secuencia discreta de “saltos” de la vista, moviendo el foco visual un pequeño segmento en cada salto y posicionando la vista al final del segmento. Luego de cada salto, los lectores no entrenados en general mantienen el foco en ese punto fijo de 1/4 a 1/2 de segundo.  Para demostrar esto cerrá un ojo, y tapá el párpado con la punta del dedo. Luego usá el otro ojo para recorrer una línea recta con la vista (sin mover la cabeza), y vas a notar los saltos de la vista y los períodos de foco en un punto.
  2. La mayoría de las personas se repiten a si mismos lo que leen, perdiendo con esto como mínimo un 30% del tiempo de lectura. 
  3. Las personas no entrenadas en lectura rápida en general no aprovechan por completo la visión periférica horizontal. Con esto repiten el 50% de las palabras que leen.

Las técnicas que te presento a continuación tienen en cuenta estos factores. Tené en cuenta que solamente en los pasos 1 y 4 vas a leer buscando entender el texto leído. En los pasos 2 y 3 vas a practicar los ejercicios para condicionarte a la lectura rápida, sin importar si comprendés o no el texto.

Paso 1 – Determinar tu velocidad actual de lectura

Para determinar tu velocidad actual de lectura tomá el libro que hayas elegido, seleccioná 10 líneas aleatoreamente y contá la cantidad total de palabras en esas 10 líneas. Luego dividí dicha cantidad entre 10 para tener la cantidad promedio de palabras por línea (ppl). 
Después de eso tomá tu cronómetro y leé durante un minuto. No intentes leer más rápido de lo normal y buscá entender lo que leas como en una lectura que harías normalmente. Tomá la cantidad de líneas que hayas leído y multiplicala por la cantidad promedio de palabras por línea (ppl) para obtener tu ratio actual de palabras por minuto (ppm).
Usá este método en vez de contar directamente la cantidad de palabras, dado que la cantidad de palabras por línea puede variar dependiendo de la página que estés leyendo.

Paso 2 –  Usar una lapicera para marcar el ritmo de la lectura

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Al marcar el ritmo de la lectura podemos controlar la velocidad de la misma. Esto también ayuda a disminuir el tiempo de fijación de la vista, así como también a eliminar repetirnos a nosotros mismos lo que leemos.
Usá una lapicera para marcar el foco de la lectura. En general funciona mejor poner la lapicera de manera vertical con la punta bajo el texto que estás leyendo. Usala con la tapa colocada, y como si estuvieras subrayando cada línea.  Aplicá las siguientes técnicas:
a) Leé usando la lapicera para acompañar el foco. Leé por dos minutos, esta vez sin preocuparte por la comprensión de la lectura (la comprensión la vamos a ver más adelante). Leé una línea en como máximo un segundo y aumentá la velocidad en cada página. Bajo ninguna circunstancia te tomes más de un segundo por línea.
b)  Luego leé por tres minutos, pero esta vez tomando medio segundo por línea. En este punto es probable que no llegues a comprender nada del texto. No te preocupes por eso ya que el ejercicio no tiene como objetivo la comprensión lectora sino condicionarte a la velocidad de lectura y a marcar el ritmo del foco. Es importante que no te distraigas durante estos minutos.

Paso 3 – Utilizar la visión periférica

En este paso vamos a hacer uso de nuestra visión periférica. Si mirás el centro de la pantalla de tu computadora, vas a ver no sólo el centro sino también los costados. Hacer uso de esta visión periférica puede incrementar la velocidad de lectura en un 300%. Los lectores no entrenados no aprovechan esta ventaja y hacen que parte de su visión vaya a los márgenes del libro, donde no hay contenido.
Pongamos el siguiente ejemplo:
Hace aproximadamente diez años, los estudiantes leían cuatro horas por día  
Si lográs usar tu visión periférica para comenzar la lectura en la palabra “años” y terminarla en la palabra “cuatro” habrías eliminado 6 de las 11 palabras del texto. Esto significaría más que duplicar tu velocidad de lectura. Este concepto puede combinarse con el presentado en el paso 2. Aplicá las siguientes técnicas:
a) Leé durante 1 minuto, tomando un segundo por línea, sin importar la comprensión de la lectura. Comenzá la lectura en la segunda palabra de cada línea y terminarla en la penúltima palabra (en otras palabras, saltear una palabra al principio de la línea y otra al final). Aumentá la velocidad con cada página y bajo ningún concepto demores más de un segundo en una línea.
b) Leé durante 1 minuto tomando un segundo por línea pero esta vez comenzando en la tercer palabra de la línea y terminando en la ante penúltima (en otras palabras saltear dos palabras al principio de la línea y dos al final).
c) Leé durante 3 minutos, tomando medio segundo por línea y salteando tres palabras al principio de la línea y tres al final. Es probable que en este punto no retengas nada de la lectura dada la velocidad de la misma. 

Paso 4 – Determinar tu nueva velocidad de lectura

Calculá tu nueva velocidad de lectura esta vez comprendiendo el texto de la misma manera que lo hiciste en el paso 1. 
Una vez aprendidas las técnicas tu velocidad de lectura aumentará considerablemente. A partir de ahora seguí leyendo utilizando la lapicera para marcar el ritmo y la visión periférica para leer más en menos tiempo. La velocidad con la que leas podrás elegirla vos mismo según el tipo de lectura que se trate y del grado de compresión que quieras alcanzar.
Saludos
Martin

Cómo crear sintonía (rapport) con otras personas

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Cualquiera sea tu objetivo es probable que en algún momento necesites la ayuda de otras personas. Para optimizar nuestra interacción con los demás es importante encontrarse en sintonía (también llamado rapport) con la otra persona. 

¿Cómo construimos rapport?

Una forma es tener intereses en común con la otra persona. A las personas les gustan quienes son similares a ellos o a quienes ellos buscan ser. Sin embargo, no siempre tenemos cosas en común con todas las personas. De hecho muchas veces podemos buscar estar en rapport con una persona totalmente diferente a nosotros o quizás con una persona que ni siquiera conocemos como para saber qué intereses tiene.
Una excelente manera de lograr estar en sintonía con otra persona consiste en acompasar su lenguaje no verbal. Como vemos en la siguiente figura, el lenguaje no verbal es responsable de un 93% de la comunicación. Las palabras son solamente un 7%. El tono de voz es un 38% y el lenguaje corporal un 55%. 

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Quizás te parezca exagerado este porcentaje pero la verdad es que las palabras son una mínima parte de la comunicación. La manera en que comuniques algo es mucho más importante que lo que realmente digas. ¿Te ocurrió alguna vez que no te gustaba el tono de voz de alguien con quién estabas hablando y como consecuencia no recordaste nada de lo que te dijo? El tono de voz y la postura comunican mucho más. De hecho, cuando el tono de voz y la postura no son coherentes con lo que estás diciendo, lo que predomina son el tono y los gestos utilizados.
Por este motivo, una muy buena manera de crear rapport es acompasando los gestos y el tono de la comunicación de la otra persona. Debemos hacerlo sutilmente sin que la otra persona lo note, porque de notarlo vamos a perder la sintonía y la confianza de la otra persona en nosotros.
¿Qué podemos acompasar exactamente? Algunos ejemplos son: el tono de voz, la velocidad, el ritmo, las palabras usadas por la otra persona, la velocidad de la respiración, la frecuencia del contacto visual, la postura, los gestos en general, las expresiones faciales, etc.
Si conocemos el sistema representativo de la otra persona, o sea si es visual, auditivo o kinestésico podemos usar palabras acorde a su sistema representativo. Si no estás familiarizado con los sistemas representativos de la PNL te los explico en la siguiente nota.
El tacto puede también crear mucha sintonía si lo hacemos con cuidado y en un momento oportuno. Podemos crear sintonía imitando el contacto corporal del otro. Por ejemplo, si es usual en la otra persona tocar el hombro como señal de reconocimiento podemos hacer lo mismo nosotros a esa persona cuando queramos reconocerlo. Si alguien nos aprieta mucho o muy poco la mano cuando nos saluda podemos hacer lo mismo. 
La distancia personal también influye mucho en la creación de sintonía. Esto puede también depender de cada persona y del vínculo que tengamos. Una buena manera es calibrarlo de acuerdo a lo que a la otra persona le siente cómodo. 
No debemos abusar al imitar al otro. Si intentamos imitar todo a la vez es probable que no nos resulte y que la otra persona se de cuenta, generando un momento incómodo y perdiendo totalmente la sintonía. Alcanza con imitar una o dos de las opciones mencionadas para crear rapport. Por ejemplo, si estoy sentado frente a otra persona podría cruzarme de piernas como el otro e imitar el volumen y velocidad de su voz.

¿Cómo podemos saber si logramos establecer sintonía?

En general vamos a notarlo por la respuesta de la persona. Si estamos en sintonía es probable que la otra persona esté cómoda y receptiva hacia nosotros. Una manera de comprobarlo es que nosotros hagamos un cambio en nuestra fisiología o tono. Si estamos en rapport en general la otra persona tiende a imitarnos a nosotros. Esto puede ocurrir sin que el otro se de cuenta de esto.
Una vez que nos encontramos en sintonía con la otra persona estamos en mejores condiciones para influir en ella. Tené en cuenta que este conocimiento te da una gran responsabilidad para utilizarlo de manera constructiva.
Acompasar y liderar puede ser una excelente forma para tratar con clientes enojados. Si te llama un cliente furioso podés imitar su fuerte volumen de voz y alta velocidad. Con esto es probable que se sienta más en sintonía con tu respuesta. Una vez que se encuentren en sintonía podés ir disminuyendo gradualmente el volumen y bajando la velocidad. Si lograste crear rapport previamente es probable que te acompañe.
Me gustaría que lo pongas en práctica. Para que puedas practicar y calibrarlo de mejor manera te recomiendo que comiences a hacerlo con personas cercanas, y luego lo extiendas al resto de las personas. Esto te va a dar más seguridad para hacerlo gradualmente y hacer los ajustes que sean necesarios.

Saludos
Martin

2 sugerencias para aumentar la productividad


productividad
En varias notas anteriores hablamos sobre productividad. Si aún no las leíste te sugiero que lo hagas aquí. Hoy quiero presentarte dos sugerencias más para aumentar la productividad. Dichas sugerencias complementan los principios que hemos presentado anteriormente:


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1. Clasificar cada día en una de tres categorías: preparación, trabajo productivo o descanso

Esta es una sugerencia de Jack Canfield que resulta muy productiva. Este autor recomienda clasificar cada día en una de las siguientes categorías:
Preparación: En los días de preparación nos dedicamos a prepararnos para que los días productivos sean de máxima productividad. Por ejemplo, si nuestro trabajo es vender, un día de preparación podría ser reunir todos nuestros contactos en una planilla tomando nota de las direcciones y teléfonos de nuestros posibles clientes y ordenarlos por orden de importancia. Si nuestro trabajo es construir un reporte con resultados de negocio la preparación podría consistir en recolectar la información necesaria para construir el reporte. Si nuestro trabajo es programar la preparación podría ser entender el requerimiento de trabajo y contestar todas las dudas que surjan. También puede estar dedicado a capacitarnos, a contestar emails, llamadas y otras tareas pendientes que nos van a ayudar a minimizar las interrupciones en los días productivos. Prepararnos nos permite ser mucho más productivos en los días de trabajo. 
Trabajo productivo: Los días de trabajo productivo consisten en dedicar por lo menos el 80% del tiempo a hacer el trabajo para el cual nos preparamos previamente. Las tareas que realicemos en estos días deben ser altamente prioritarias. Si somos escritores nos dedicamos por completo a escribir. Si somos vendedores debemos salir a vender. Si somos programadores es momento de programar. El habernos preparado previamente nos ayuda a maximizar nuestra eficiencia en este tipo de días.
Descanso: El descanso también es parte de la productividad. Como ya hablamos, para ser productivos debemos ser capaces de poder tomar descansos efectivos. Para que dichos descansos sean efectivos es importante que podamos olvidarnos del trabajo en estos días y maximizar la recuperación física y mental. Un buen día de descanso implica no atender llamadas o prestar atención a cualquier tema relacionado con trabajo.
Si bien se trata de un principio sencillo muchas personas no lo cumplen. No es extraño ver personas que se toman días libres, pero se lo pasan trabajando o contestando correos electrónicos. Hacer esto no favorece el descanso y la recuperación. También es común ver a personas cuya productividad disminuye notablemente por no haber preparado previamente su trabajo. Esta distinción te va a permitir ser más efectivo en cada tipo de día. Si trabajás en una empresa esto también es posible si lográs planificarlo con anticitación, eventualmente comunicándolo al resto de las personas son quien trabajes.


planificar
2. Planificar tu día la noche anterior

Una vez que definas los tipos de días resulta muy útil planificar tu día la noche anterior. Esto no es un requisito para los días de descanso pero sí muy importante para los días de preparación y trabajo productivo. Al planificar tu día es importante definir los objetivos que buscás lograr en ese día de trabajo. También podés tener un cronograma de actividades para que luego vayas midiendo tu progreso.
¿Por qué es importante planificar el día de antemano? Al preparar tu día vas a poner a tu cerebro a trabajar de antemano en buscar soluciones. El cerebro es una máquina de contestar preguntas y resolver problemas. Es posible que en el momento que menos lo esperabas se te ocurra una respuesta o una idea novedosa. 
Planificar el día también te permite tener claro tus prioridades y en qué enfocarte, lo cual va a minimizar las distracciones. Vas a comenzar el día con un objetivo en mente y al hacerlo es mucho más probable que lo logres que si simplemente vas a la oficina con la mentalidad de trabajar en algo.
Además de tener claro el objetivo podés ir más allá y tener claro cuál va a ser el beneficio a obtener si lo lográs. Esto te va a dar más motivación a lograr tu meta. Ejemplos de beneficios pueden ser obtener una comisión, un bono, un ascenso, un aumento, etc. Otros beneficios no relacionados con el dinero o con una posición podrían ser: ganar la confianza del cliente, ayudar a un compañero a resolver un problema, poder irme temprano el viernes, poder tomarme un día libre, etc. Es importante que el beneficio lo asociemos con placer para tener la suficiente motivación a lograr el objetivo.
Como lo mencioné anteriormente, es importante que combines estas sugerencias con las que vimos anteriormente, especialmente con las 6 sugerencias para aumentar la productividad.

Saludos
Martin