¿Te paraliza el miedo?


Muchas veces en nuestra vida no avanzamos con nuestros objetivos porque sentimos miedo. El miedo es una emoción que produce un sentimiento en general desagradable y se presenta ante un posible peligro. Se trata de un mecanismo de defensa para evitar el dolor. 

El miedo resulta útil en determinados contextos. En el libro La Inteligencia Emocional, Daniel Goleman cuenta una historia sobre un momento en el cual el miedo le salvó la vida.

Una noche se encontraba manejando por la carretera cuando comenzó una lluvia muy fuerte. La niebla era tan intensa que apenas se podía ver unos metros hacia adelante en la ruta. Entre la lluvia y la niebla Daniel empezó a temer no ver correctamente en la ruta y como consecuencia de ello tener un accidente. Esta emoción lo invadió a tal punto que tuvo que detener el auto.

Se quedó al costado de la carretera por unos minutos hasta que el cielo comenzó a aclarar. En ese momento retomó la marcha. Luego de avanzar unos metros observó que a lo lejos había habido un accidente. Varios autos habían chocado, probablemente debido a que la niebla impedía tener una buena visión.

Si no se hubiera detenido, probablemente no hubiera visto el choque a tiempo y hubiera chocado también. Podemos decir que en este caso el miedo le salvó la vida, dado que lo obligó a detenerse y por lo tanto a evitar un gran peligro.

En casos como este, sentir miedo nos resulta útil. Esta es la función positiva del miedo: ayudarnos a evitar posibles peligros. 

Sin embargo, muchas veces el miedo puede dispararse dentro de nosotros debido a una falsa alarma. Es posible que no estemos frente a una verdadera amenaza, y que una percepción equivocada nos genere un miedo ficticio.

En este caso podemos quedar paralizados aún cuando no tengamos frente a nosotros un verdadero peligro. 

Un ejemplo puede ser el siguiente: quiero conseguir un nuevo puesto de trabajo. Sin embargo no me animo a cambiar porque tengo miedo a que no me vaya bien en el nuevo puesto, a fracasar, a no adaptarme o a que me despidan.

Otro ejemplo: puedo querer hablar el público pero esto me da miedo porque temo ser rechazado, a que mi charla no guste y ser humillado. 

O puedo querer abrir mi propio negocio, pero tengo miedo de que lo que ofrezco no sirva, y una vez más a que no me vaya bien y que mi proyecto sea un fracaso.

En estos ejemplos el miedo no ocurre una sola vez sino que se repite cuando queremos salir de nuestra zona cómoda, o sea cada vez que queremos avanzar hacia nuestro objetivo la aparente amenaza se presenta.

Este sentimiento de miedo está creado por imágenes y voces internas, por pensamientos, sentimientos y creencias limitantes que probablemente aprendimos en el pasado. 

Quizás años atrás creímos que no teníamos suficiente potencial, que no éramos suficientemente buenos, que no era bueno arriesgar, o que es mejor ir  a lo seguro. Quizás un fracaso anterior nos hace creer que podemos volver a fracasar en el futuro.

Si bien este miedo intenta protegernos, el problema es que impide que avancemos hacia nuestros objetivos más ambiciosos. Esto en el largo plazo termina siendo más perjudicial que si enfrentamos el miedo si seguimos adelante.

Como dice Anthony Robbins, el pasado no es igual al futuro a menos que nos quedemos viviendo en el pasado.

Que hayamos fracasado una, diez, o cien veces no quiere decir que vayamos a fracasar en nuestro próximo intento. En estos casos el miedo termina siendo una limitación.

Resulta entonces fundamental poder identificar nuestros miedos y darnos cuenta de cuáles de ellos están siendo una amenaza falsa o exagerada.

No vamos a dejar de escuchar el miedo. Esto sería ser inconscientes ante un posible peligro. Sin embargo, vamos a buscar la manera de minimizar el efecto del miedo y luego a enfrentarlo.

Te sugiero que hagas el siguiente ejercicio. Te recomiendo hacerlo en un momento de tranquilidad cuando estés relajado:

Primero que nada contestá las siguientes preguntas por escrito. Escribí lo más que puedas en cada respuesta:
  • ¿Qué miedos tengo?
  • ¿Qué voces y qué imágenes lo causan?
  • ¿Cuál es el miedo más fuerte que surge?
  • ¿Cuál creo que es la intención de estas voces e imágenes?
Las respuestas a estas preguntas te van a ayudar a tener más consciencia sobre cómo opera el miedo en tu vida y cuál es su motivo. No te resistas a lo que sientas. Aquello a lo que nos resistimos persiste.

Luego de meditar las respuestas a las preguntas anteriores hacete las siguientes preguntas:
  • ¿Qué precio estoy pagando por este miedo?
  • ¿Qué me estoy perdiendo por sentirlo?
Aquí te recomiendo que tengas en cuenta todos los aspectos de tu vida: trabajo, dinero, relaciones, salud, tiempo libre, etc. y que tomes nota de todo lo que este miedo te está impidiendo lograr.

Una vez que tengas claro el precio que estás pagando es hora de que tomes la decisión de que el miedo no va a controlarte más.

Luego de eso buscá minimizar el efecto del miedo. Para eso trabajá en:
  • Un plan de acción paso por paso que minimice el miedo
  • Un plan B en caso que algo no salga como quieras
Considerá la intención del miedo y buscá alguna alternativa donde puedas avanzar en tu objetivo pero de una manera en la cual este sentimiento pueda eliminarse o por lo menos minimizarse. No olvides que la intención del miedo es protegerte. 

Por ejemplo, si tenés miedo a hablar en público porque tenés miedo a hacer el ridículo podés primero que nada tomar un curso de oratoria. Esto te va a permitir tener más habilidades. Luego, podés comenzar haciendo presentaciones a tus amigos y conocidos, poco a poco incrementando el número de asistentes hasta que puedas hacerlo con un público desconocido.

Esta es una manera de "negociar" con el miedo para que su efecto no sea tan intenso. Tené en cuenta que es probable que el miedo no desaparezca del todo hasta que lo enfrentes. 

Una vez que hayas escuchado lo que el miedo tiene para decirte, y construido el plan ponete en acción y seguí adelante sin mirar atrás. 

¡Te deseo mucho éxito!
Saludos
Martin

Este video muestra la importancia de mantener el foco en nuestros objetivos

Me gustaría pedirte que hagas la siguiente prueba. 

El siguiente video muestra dos equipos, uno con cuatro personas vestidas de blanco y otro equipo con cuatro personas vestidas de negro. Cada equipo va a pasarle una pelota de basketball a otro integrante del mismo equipo.

El objetivo del ejercicio es que cuentes cuántas veces se pasan la pelota entre sí los integrantes del equipo blanco. 

Tené en cuenta que los equipos se van a mezclar así que vas a tener que estar muy atento al equipo blanco ya que el equipo negro te va a distraer.

Cuando estés listo para hacer el ejercicio podés ver el video:






Cuando termines de ver el video seguí leyendo.




La respuesta es trece pases pero ... 




¿pudiste ver el oso que pasa bailando?




La mayoría de las personas no logran ver al oso la primera vez que ven el video. Si no lo viste volvé a verlo buscando ver al oso.

Quizás estás pensando que no lo viste porque no lo buscabas. El objetivo del ejercicio era contar la cantidad de pases que se hacían los integrantes del equipo blanco. Con ese objetivo en mente es probable que hayas pasado por alto todo lo que no era una pelota o que no tenía el color blanco.

Si bien eso era razonable para la consigna del ejercicio, esto nos deja una importante lección: gran parte de lo que tenemos en la vida frente a nosotros nos pasa desapercibido.

Según Joe Dispenza, autor del libro Evoluciona tu cerebro, solamente somos conscientes una parte muy pequeña de todo aquello que percibimos. Nuestro cerebro procesa 400 mil millones de bits de información por segundo pero sólo somos conscientes de 2 mil de esos bits.

La parte del cerebro que se encarga de decidir qué información se descarta y qué información se mantiene en nuestra consciencia es el sistema de activación reticular (SAR).

El SAR filtra la información y se queda con aquello que puede sernos útil. 

Un ejemplo de esto es cuando estamos leyendo en una sala de espera. Para concentrarnos en la lectura llevamos nuestra atención al libro y dejamos de prestar atención al resto de los ruidos de la sala.

A partir de cierto momento nuestro cerebro bloquea todo estímulo externo para que podamos concentrarnos en lo que estamos leyendo. Sin embargo, cuando nos llega el turno y anuncian nuestro nombre somos capaces de escucharlo por más concentrados que estemos.

Lo que ocurrió en ese momento es que el SAR sabe que nuestro nombre es importante, y por eso se asegura que cuando lo escuche seamos conscientes de ello.

Otro ejemplo clásico ocurre cuando queremos comprar un auto nuevo. A partir del momento en que nos decidimos por un determinado modelo comenzamos a ver más autos de ese mismo modelo circulando por la calle. Dichos autos ya se encontraban ahí pero no los percibíamos porque no eran importantes para nosotros.

Ahora pensá en todo lo que querés lograr. Es posible que tus objetivos te estén pasando por alto igual que el oso en el video. Muchas personas tienen la creencia en que si queremos lograr algo debemos esforzarnos mucho. Sin embargo, muchas de las cosas que buscamos las tenemos frente a nosotros pero nuestro cerebro nos impide verlas.

No es extraño que si bien queremos lograr cosas, la mayoría del tiempo estamos enfocados en problemas que nos estresan, en excusas, en justificar por qué no podemos lograrlo o en estados de ánimo negativos. Hacer esto es igual a enfocarnos en la pelota cuando lo que realmente buscamos es el oso.

Lo bueno del SAR es que se puede re programar para que perciba información nueva. Lo que debemos hacer es enfocarnos regularmente en aquello que queremos lograr para que poco a poco el SAR aprenda que eso es importante para nosotros. Luego, cuando se nos presente una oportunidad, nuestro cerebro va a percibirla.

Te propongo entonces que hagas lo siguiente:


  • Hacer una lista de los objetivos que te gustaría lograr de aquí a un año
  • Llevar esa lista en un lugar donde puedas verlos todos los días
  • Dedicar un rato a visualizarte, o sea imaginar en tu mente como si ya lo hubieras logrado


Este ejercicio, simple pero poderoso, te va a ayudar a empezar a percibir una nueva realidad, una realidad que antes pasaba desapercibida para tu mente.

Saludos
Martin










¿Te atreves a soñar?



Comparto este video, recomendado por David Alvarez, y creado por la empresa Inknowation

Presenta un modelo muy interesante sobre cómo definir tu sueño y avanzar hacia él a pesar de los obstáculos. 

Te dejo con el video:




Saludos
Martin

La máquina más poderosa es nuestra: el cerebro

Muchas veces no somos conscientes del poder de nuestro cerebro. Sin embargo, el mismo es mucho más potente que cualquier super computadora dado que procesa 100 billones de instrucciones por segundo.

Quiero presentarte un documental que muestra alguna de las sorprendentes funciones de nuestro cerebro que nos ayudan en nuestra supervivencia:


  • Hacer que el tiempo pase más rápida o lentamente según sea necesario
  • Indicarnos qué comer para maximizar nuestra nutrición en un momento dado
  • Hacer uso óptimo de nuestra energía
  • Mantener su temperatura correcta
  • Salvarnos la vida en caso de emergencias
  • Reparar células mientras dormimos




Espero que tanto este video como el resto de las notas que presentamos te ayuden a darte cuenta que los seres humanos tenemos un potencial ilimitado. 

Si todavía no leíste nuestras notas llamadas "todo es posible", te invito a que puedas verlas aquí.

Saludos
Martin