3 acciones para manejar el perfeccionismo



Como te lo había prometido en una nota anterior, quiero presentarte tres acciones para manejar el perfeccionismo. Si leíste los otros artículos del tema espero te hayas convencido que se trata de un hábito negativo que vale la pena cambiar. Sin más palabras, paso a las sugerencias:

1. Permitirnos dar menos de un 100%

Ya hablamos de que uno de los comportamientos del perfeccionista es querer hacer todo al 100%, y esa es una de las cosas que hace que termine siendo menos productivo y que termine tan agotado.

Lo que te recomiendo hacer entonces es permitirte dar menos del 100% justamente para evitar estos problemas. Para esto te aconsejo que comiences con las tareas que te gusten menos, y que hagas una lista de aquellas tareas con las cuales podrías bajar el nivel de exigencia. Después podés anotar cuáles son aquellas acciones que dejarías de lado para bajar dicha exigencia.

Te pongo un ejemplo. Suponé que en el trabajo alguien te pide que le armes una planilla de datos estadísticos. En condiciones normales hubieras armado esta planilla a la perfección, verificando cada dato tres veces, y armando la planilla con un formato perfecto y que se vea estupendo.

Suponiendo que esta es una tarea de poco agrado para vos, y que podés predecir que si bien decidiste hacer la tarea, la manera de presentar este trabajo no va a tener un gran efecto en tus resultados. También estoy asumiendo que vas a cumplir el nivel mínimo de calidad para que el resultado del trabajo sea aceptable. Si es así podés probar bajar la exigencia al armar esta planilla.

¿Qué podes hacer? En vez de querer hacerla perfecta, quizás haya cosas que podrías omitir, por ejemplo: los colores en los totales, o podrías disminuir la cantidad de datos que presentas. Quizás no sea necesario presentar tantos escenarios como antes lo hacías. Los gráficos que agregabas pueden no siempre ser necesarios.

En fin, ¿qué cosas podrías omitir que si bien van a bajar un poco la calidad, no van a hacer que esta disminuya mucho? También podes tener en cuenta el esfuerzo que te lleva cada parte de la tarea. Es posible que identifiques etapas en la creación de la planilla que te lleven mucho esfuerzo pero que si no las hacés no disminuyan tanto la calidad.

Qué cosas omitir, qué tanto esfuerzo dar, y hasta que punto bajar el rendimiento es un análisis que vos mismo tenés que hacer. Lo que sí te recomiendo es comenzar bajando la exigencia en aquellas tareas que no consideres tan importantes, que no sean tan críticas. A partir de ahí podés observar el resultado y hacer los ajustes necesarios. Luego podes pasar poco a poco a las tareas mas importantes.

Y vos me podrías decir que no es posible bajar la calidad de las cosas importantes, ya que podés perder a un cliente por ejemplo. La decisión final es tuya, pero en general muchas de las cosas que tememos no ocurren en la realidad. Y para no arriesgar mucho podes probar poco a poco. En vez de exigirte un 100% podes probar con un 95%, luego podes pasar a un 90%, y así podes seguir hasta ver el porcentaje de exigencia que más te convenga.

Puede ayudarte listar el porcentaje de esfuerzo y el coeficiente de resultado obtenido. Por ejemplo, quizás con un 100% de esfuerzo conseguías un 95% de resultado. Si das un 95% conseguís un 90%. Luego de probar con diferentes niveles de exigencia te das cuenta que con un 70% de esfuerzo logras un 85% de resultado, lo cual consideras muy bueno. Esta puede ser la mejor combinación de esfuerzo-resultado. Para tenerlo más claro te recomiendo tener una tabla en un papel con los distintos valores.

En vez de tener la creencia de que tenes que dar siempre el 100%, podes cambiarla por “quiero obtener el máximo resultado con en mínimo esfuerzo”. Si te gustan los desafíos, podes desafiarte a encontrar un valor cada vez más pequeño de esfuerzo que te dé un valor cada vez mas alto de resultados.

Es probable que si sos muy perfeccionista, cuando empieces a exigirte menos te sientas culpable, y que sientas que estás haciendo algo de muy mala calidad. Esto es normal cuando empezamos a bajar la exigencia. Por eso te recomiendo que lo hagas de a poco, no solamente para medir el resultado final, sino para que también puedas manejar este sentimiento de culpa, que poco a poco va a ir desapareciendo cuando veas que los resultados son buenos, a pesar de un menor esfuerzo. 

2. Tomar nota de los logros y tomar un tiempo para disfrutarlos

Al perfeccionista le cuesta disfrutar de lo que hace. Para cambiar esto te recomiendo tomar nota de todos tus logros pasados. Esto podés hacerlo ahora mismo si nunca lo hiciste, con todos los logros que hayas tenido en tu vida. Luego podés revisar tu lista periódicamente y anotar los logros que vayas teniendo. Esto te va a ayudar a darte cuenta de todo lo que lograste en tu vida. Tomá nota de los grandes logros pero también los pequeños. Tomate también un rato para agradecerte por todo lo que hiciste por lograr esos objetivos. 

3. Buscar tareas gratificantes que no requieran mucho esfuerzo

Además de agradecerte por lo que lograste en el pasado, resulta muy útil buscarte tareas que te permitan disfrutar. En general los perfeccionistas se buscan tareas relacionadas con los logros. Lo que te voy a recomendar es que busques tareas que no requieran mucho esfuerzo pero que sean gratificantes.

Ejemplos de estas tareas pueden ser: tomarte un tiempo en la semana para meditar, para ir a una clase de baile, o para hacer yoga, para ir a caminar por un parque, para cuidar tu jardín, para ir a la playa, o pasar con tu familia, jugar a la pelota o al tenis con un amigo. Estas son actividades que no te van a requerir mucho esfuerzo pero que te van a dar mucha gratificación.

También te recomiendo que para cada actividad listes el rendimiento y la satisfacción, del 1 al 10. Por ejemplo, si fuiste a jugar al fútbol con amigos, quizás el rendimiento fue un 3 porque no jugaste muy bien, pero la satisfacción fue de 9, porque tuviste la oportunidad de pasar un rato muy divertido con tus amigos. Si fuiste a correr, quizás podrías poner un 5 en el rendimiento porque el tiempo en el que completaste los 5 km, no era el que querías. Esta vez no te superaste, pero podes poner un 8 en satisfacción, porque el haber ido a correr hizo que te relajaras y que despejaras tu mente.

Prestá especial atención a las tareas de este tipo, donde la satisfacción es mas alta que el rendimiento. Esto te va a ayudar a darte cuenta lo bueno que es considerar la satisfacción como variable. Incluso cuando tu rendimiento no sea del todo bueno, el hecho que la tarea te dé satisfacción hace que valga la pena. Esto también te hace enfocar en disfrutar y no en exigirte tanto. Te dejo como tarea que practiques estas acciones hasta convertirlas en un hábito. No dejes de hacer los cuadros ya que es muy importante verlos por escrito.

Si tenés en cuenta estas acciones y las realizás de manera regular tu grado de perfeccionismo va a disminuir. Si te interesa recibir más información y escuchar un audio de casi una hora con ejercicios concretos para manejar este hábito negativo te invito a realizar el curso determinación. Tu mirada retrospectiva. La modalidad audio curso te va a permitir escuchar esta información una y otra vez hasta incorporarla como un hábito.

Saludos
Martin

5 sugerencias para dar feedback constructivo



En la nota anterior presentamos 4 creencias limitantes sobre el feedback personal. Si no tuviste la oportunidad de leerla te invito a que lo hagas haciendo click aquí.

También habíamos comentado que una de las mayores razones por las cuales las personas no dan feedback es por miedo a que el receptor del mismo se sienta lastimado. Esto puede pasar, pero no siempre es culpa del empleado. Si el feedback causa que el receptor se ponga a la defensiva esto puede ser una señal que nos diga que tenemos que revisar el proceso. 

Muchos gerentes no saben cómo hacerlo, y por esta misma razón terminan dando un feedback que es percibido negativamente, lo cual aumenta la probabilidad de que la persona que lo recibe se ponga a la defensiva. A veces por esta misma razón las personas no cambian. Esto puede convertirte en un círculo vicioso.

Me gustaría darte algunas sugerencias a tener en cuenta a la hora de dar retroalimentación correctiva:

1. Primero escuchar. Antes de dar un feedback sobre una acción a corregir es importante preguntar al empleado su visión de los hechos. Si no lo hacemos podemos estar perdiendo información importante sobre cómo ocurrieron las cosas. Si hacemos esto podemos estar dando un feedback incorrecto que el empleado puede percibir como injusto.

2. Demostrar confianza y dar apoyo. Es importante comunicar al empleado que lo que ocurrió fue un error, pero sabemos que fue algo excepcional y que tenemos la confianza en que puede hacerlo bien las próximas veces. Además de esto, también ayuda proveer recursos que puedan ayudarlo a mejorar sus resultados. Estos recursos pueden ser por ejemplo: ayuda de otras personas, coaching, cursos, menos tareas, etc.

3. Ser específico. Es fundamental que el feedback describa de manera específica cuál es el comportamiento que se debe cambiar. El objetivo del feedback no es retar al otro, sino cambiar un comportamiento que puede tener resultados negativos. Debemos tener esto en cuenta y dar comentarios específicos que ayuden al receptor a identificar exactamente: cuál fue su comportamiento que causó en resultado negativo, qué consecuencias tuvo, qué se necesita cambiar al respecto y cómo debe hacerse. Cuanto más información objetiva tenga el empleado, más va a poder hacer al respecto. 

4. Ser descriptivo. No valorar. Debemos enfocarnos en describir nuestra percepción, nuestros sentimientos, sensaciones, y cómo fueron afectados los procesos de trabajo. Decirle al otro lo que percibimos va a ayudar a que acepte más fácilmente lo que decimos. Difícilmente el otro cuestione nuestros sentimientos y percepciones. Los resultados concretos también son difíciles de cuestionar. Lo que no debemos hacer son reproches o juicios de valor. Si lo hacemos es probable que el receptor se ponga a la defensiva. Por eso debemos evitar frases tales como: "lo que hiciste fue un desastre", "no sos un buen empleado" o "siempre hacés esto mal". Aunque parezca poco usual, estas frases se usan frecuentemente. El feedback debe estar orientado hacia el comportamiento, no hacia la persona. 

5. No aprovechar la oportunidad para descargar emociones en el otro. En ocasiones puede pasar que llevemos al trabajo problemas personales. Si nos pasa esto en el momento que vayamos a dar feedback podemos terminar descargando emociones reprimidas en un empleado. Muchos jefes y gerentes hacen esto sin darse cuenta. Debemos ser conscientes de los momentos en los cuales estamos más propensos a tener reacciones emocionales y evitar descargar esas emociones en una sesión de feedback con un empleado. Si lo hacemos es muy probable que la sesión de retroalimentación no sea beneficiosa. 

Si aplicás las ideas que te sugerimos tanto en esta como en otras notas, poco a poco vas a ir convirtiendo ese círculo vicioso en uno virtuoso, donde los empleados mejoran su desempeño, lo cual causa más feedback positivo, y esto refuerza aún más el comportamiento positivo.

Más adelante vamos a dar un ejemplo concreto de una sesión de feedback.

Saludos
Martin