10 sugerencias para desarrollar la asertividad (segunda parte)

Business team with a leader
En una nota anterior hablamos sobre la asertividad. Comenzamos comentando qué significa ser asertivo. Dijimos que la asertividad se encuentra en el punto medio entre la pasividad y la agresividad. Explicamos las ventajas de ser asertivo. Luego presentamos tres derechos asertivos y cómo ponerlos en práctica: tenemos derecho a decir que no, tenemos derecho a pedir lo que queremos y tenemos derecho a cometer errores.
Continuando con este tema quiero presentarte los restantes 7 derechos asertivos. Como también comenté en la primera nota, no descartes estos derechos por más sencillos y obvios que te parezcan. Si bien intelectualmente pueden parecer evidentes, existen muchas situaciones en las cuales muchas personas no hacen uso de estos derechos:

 4. Tenemos derecho a tomar nuestras propias decisiones

Tenemos derecho a elegir libremente qué queremos y qué no queremos en un momento dado, a elegir nuestros pensamientos, sentimientos y acciones sin depender de los demás, así como hacernos responsables por su consecuencia. Podemos escuchar las opiniones de otras personas pero tenemos derecho a tomar una decisión aunque sea opuesta a la opinión del resto.
Si estamos continuamente pendiente de lo que otros piensen y sienten nos convertimos en esclavos de los demás, en prisioneros de sus deseos y opiniones. Sin embargo, si decidimos algo de acuerdo a nuestro propio criterio, nos volvemos más libres e independientes.
Esto parece sencillo a primera vista pero a muchas personas les cuesta hacerlo. Es común que ocurra que nos cueste tomar una decisión porque alguien en nuestra familia o en nuestro trabajo no lo aprueba y nos sentimos culpables o tenemos miedo a las consecuencias. Cuando estamos actuando bajo nuestro propio juicio, es casi inevitable que haya otra personas que estén en desacuerdo con nosotros. Debemos ser capaces de discernir y decidir cuando vamos a tomar en cuenta estas opiniones y cuando no. La decisión final es nuestra, así como también es nuestra la responsabilidad de la decisión.
Esto puede resultar difícil en situaciones donde hay una diferencia de poder, por ejemplo con nuestro jefe en nuestro trabajo. Sin embargo, debemos entender que más allá de la diferencia de poder, la diversidad de opiniones es sana y positiva. Tenemos derecho a que nuestra opinión sea escuchada y respetada. Muchas veces somos nosotros mismos quienes no hacemos uso de este derecho y terminamos culpando a los demás.

5. Tenemos derecho a tomar decisiones fuera de la lógica

Tenemos derecho también a tomar decisiones ajenas a la lógica. La mayoría de las ideas revolucionarias no tenían lógica hasta que alguien decidió ir adelante con esa decisión. Cuando los hermanos Wright inventaron el avión probablemente esa haya sido una decisión sin lógica dado que en ese momento era muy difícil pensar que una persona pudiese subirse a un objeto y volar. Cuando Edison inventó la bombilla tampoco tenía lógica que un objeto tan pequeño pudiera iluminar una habitación. Muchos pioneros tomaron decisiones ajenas a la lógica y fueron capaces de seguir adelante a pesar de la opinión contraria del resto de las personas. Los grandes líderes, aquellos que cambian los paradigmas existentes se permiten decidir más allá de la lógica

6. Tenemos derecho a no seguir los consejos de los demás

Otro derecho es el derecho a pedir opinión a otros sin estar obligados a seguir al pie de la letra sus consejos. Una vez que hayamos pedido una opinión vamos a respetar lo que nos dice el otro pero eso no significa que tengamos que hacerle caso. Si así lo fuera estaríamos siendo presos de sus propios criterios. 
Este es un derecho especialmente importante para aquellas personas que se esfuerzan mucho en complacer a otros y tienden a sentirse culpables cuando hacen algo diferente a lo que les sugirieron. Ser asertivo implica que muchas veces vamos a poner nuestros intereses antes que los intereses de los demás. Cuando y con quién hacerlo es una decisión que nosotros mismos debemos tomar.

7. Tenemos derecho a correr riesgos

No es posible tener un 100% de certeza en todo lo que hacemos. Muchas veces vamos a tener que correr riesgos especialmente si queremos lograr objetivos ambiciosos. Si no va a ser difícil que podamos avanzar en alguna dirección. Al no asumir riesgos vamos a dudar en cada decisión que tomemos, demorando la llegada de lo que queremos. Muchas veces debemos aprovechar una oportunidad aunque implique un riesgo. 
Tomar riesgos implica salir de la zona cómoda. Requiere hacer algo diferente a lo que venimos haciendo. Como ya mencioné, locura es querer obtener resultados diferentes haciendo lo mismo una y otra vez. También comenté que no existe el fracaso, solamente información que nos ayuda a corregir nuestra estrategia cuando no obtenemos lo que queremos.

8. Tenemos derecho a arrepentirnos

En ocasiones pueden acusarnos de indecisos cuando cambiamos de opinión en una decisión que ya teníamos tomada. Sin embargo, no estamos obligados a mantener las mismas opiniones, gustos y puntos de vista durante toda nuestra vida. De hecho, una persona asertiva posee la suficiente flexibilidad para cambiar de parecer, pero no lo hace por ser una persona insegura e indecisa sino que está abierto a aprender de las acciones y a reconocer que no siempre va a estar en lo correcto. También puede ocurrir que las circunstancias externas cambien y como consecuencia decidamos cambiar de opinión.
El arriesgarse y el salir de nuestra zona cómoda hace que muchas veces debamos volver atrás y reconocer que el camino que elegimos no fue la mejor opción en un momento dado. Sin embargo, esto no nos desanima. Por el contrario aprendemos la lección y cuando sea momento de cambiar nuestra decisión nos permitimos hacerlo sin culpa, y sin sentir que debemos dar explicaciones.

9. Tenemos derecho a decir “no me importa”

Muchas veces se nos trata de obligar a hacer algo, cuando nos dicen cosas como “tendría que preocuparte” o “debería importarte” cuando en realidad no tenemos por qué preocuparnos o involucrarnos en todo lo que sucede a nuestro alrededor. Tampoco tiene sentido querer aparentar que algo nos importa cuando en realidad no es así. 
A veces las personas usan esta estrategia para manipularnos e influir en nosotros a través de la culpa. Una persona asertiva reconoce un intento de manipulación y decide por sí mismo si se interesa en una situación determinada. Este tipo de aparentes obligaciones suele incluir frases con “tendrías que …” o “deberías …” dando a entender que si no nos involucramos en dicha situación podrían ocurrir consecuencias negativas. 

10. Tenemos derecho a decir “no lo sé” o “no entiendo”

Tenemos derecho a no saberlo todo y a decir “no lo sé” cuando no sabemos algo. Nadie puede exigirnos que lo sepamos todo. Por otro lado, es mucho mas sencillo decir “no lo sé” que esforzarse excesivamente por simular que conocemos de algo que en realidad desconocemos. A muchas personas les cuesta decir que no saben algo, dado que piensan que por decir “no lo sé” pueden quedar como ignorantes o ser menos que los demás. Por evitarlo se enloquecen dando una respuesta que de todas maneras va a dejar evidencia que no conocen del tema. En esos casos resulta más favorable admitirlo de primera.
También tenemos derecho a decir que no entendemos algo. No ejercer este derecho es común en un salón de clases, donde la mayoría de las personas no entendieron cómo fue explicado un concepto pero ninguno se anima a preguntar por miedo a quedar como poco inteligente por ser el único que no entendió.

Me gustaría que tengas presente estos derechos en tu vida cotidiana. Es probable que según la situación en el 80%, 90% o más de las situaciones te guíes por estos derechos. Sin embargo quizás ese 5% de las situaciones en las que no lo hagas es donde podés estarte limitando. Cambiar estas situaciones puede requerir esfuerzo. Es posible que sea necesario confrontar, en ocasiones a personas en una posición de poder superior a la tuya. Va a requerir que digas algo cuando en otro momento te hubieras callado. O que expreses tu opinión con convicción cuando en otra ocasión lo hubieras hecho con una actitud pasiva y buscando pasar lo más desapercibido posible. O que digas que no a algo que te pidan y que pidas algo que necesites y que en otro momento no lo hubieras pedido. 
Analizá qué tanto estás aplicando estos principios en los distintos aspectos de tu vida: trabajo, pareja, familia, etc. Quizás te parecía que los estabas siguiendo pero si lo ves al detalle es posible que encuentres aspectos a mejorar. La manera de realizar un cambio es de manera gradual.
Estos pequeños cambios son el principio de un gran cambio, un cambio hacia la asertividad. Como ya comenté, esta habilidad te va a liberar de mucha energía que estabas usando en resolver o evitar problemas interpersonales, lo cual va a tener un efecto positivo en tu salud emocional, tus resultados y tu calidad de vida.

Adaptado de: El deporte: manual de ganadores de Jorge da Silveira y Jorge Delgado Di Biase

No hay comentarios:

Publicar un comentario