Continuando con el tema de pasión y entusiasmo queremos compartir una historia. La misma ilustra las diferentes perspectivas que podemos tener y cómo afectan nuestras motivaciones:
Había una vez tres hombres que estaban trabajando picando rocas en lo que parecía ser un nuevo proyecto urbano. En ese momento, un caminante se acerca y curioso le pregunta a uno de los hombres “¿Qué están haciendo?”
El trabajador le contesta un poco molesto y agotado: “¿no te das cuenta? Es bastante obvio: estamos picando roca”
El caminante no queda muy convencido de la respuesta pero como el trabajador se veía enojado, decidió seguir caminando sin preguntar más nada.
Unos metros más adelante, el caminador se encuentra con el segundo hombre, y ya que no lo ve tan enfadado, decide preguntarle a este:
“hola, ¿Qué es lo que están haciendo?”
A esto, el segundo trabajador le responde: “estoy construyendo una pared”.
La respuesta tenía más sentido pero tampoco logró calmar la curiosidad del caminante. Como este trabajador se veía ocupado, decidió no hacerle más preguntas y seguir adelante.
Unos metros después, se encuentra con el tercer trabajador, a quien decide hacer la misma pregunta: “¿qué es lo que están haciendo?”
El tercer trabajador lo mira con una sonrisa, y con entusiasmo le contesta: “estamos construyendo una catedral”.
Te invitamos a que te preguntes cada día: “¿Qué estoy haciendo?”, y que encuentres la respuesta más relacionada con tu propósito de vida. Todo depende de la perspectiva con la que se mire. Ante la misma situación, tu actitud puede hacer la diferencia entre que sea algo engorroso o motivador.
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